25 mayo, 2011

La Universidad me mata

Publicado por Stela en 9:37 a. m.
Esta entrada quería dedicársela a todos aquellos que están de exámenes, tanto a los universitarios como a los estudiantes de instituto o selectividad ^^
Es un pequeño trocito del libro "la universidad me mata" de Rafael Gómez de Parada

Son esperadas con gran ansiedad, aun a sabiendas de que los palos van a ser mayoría. Por que se resisten los profesores varios meses a sacarlas es algo que escapa de toda lógica. Algunos tardan tanto en publicarlas, que se juntan casi con los exámenes finales, lo que provoca en los alumnos un estado de impaciencia y nerviosismo nada recomendable. Cuando ocurre esto, el estudiante que cree que va a suspender se plantea: “¿me estudio esto o espero a que salgan las notas por si cae la breva?”
Normalmente no se estudia y si se suspende, con lo que hay que ir a contra el reloj para llegar con ciertas garantías el examen final.
El proceso hasta la publicación de las notas no debe de ser sencillo dada la demora con que suele producirse, y debe de ser algo parecido a esto:
Día 1: examen. El profesor recoge sonriente los exámenes: “¡os habéis cagado!”
Día 2 al 5. Descanso
Día 8. “bueno, será hora de empezar a corregir” diez minutos después: “joder, que pesadez. Lo dejare por hoy”
Día 9. “bueno, qué remedio: al trabajo. Tengo que inventarme algo para quitarme la mitad de encima”
Día 10. “ya esta: el que no me haya puesto XXXXX, suspenso. Je, je, je. Uno al hoyo, dos al hoyo, tres, ¡cuatro!... vaya este no. ¡Asqueroso!”
Día 15. “me aburro, retomemos la corrección de exámenes. Este fuera, este suspenso. ¡Hombre! Uno que parece estar bien. Este, mmmmmhh… así, así , un cuatro con setenta y cinco!
Día 20. “joder, todavía me queda la mitad. A ver, dedicando medio minuto a cada examen…¡Puf, es mucho tiempo! Habrá que dedicar unos quince segundos. Este parece valer; este tiene pinta de estar fatal; este ni de coña...”
Día 26. “bueno , me quedan solo veinte. Voy a tratar de dedicares todo el tiempo posible. Sere justo aunque sea con unos pocos”. Media hora después: “joder, esto es insufrible. ¡Y solo llevo uno!¡Hala, suspenso por aburrido!”
Día 29. “todavía me quedan doce. Habrá que volver al sistema tradicional: este si, este no, este me gusta y a este me lo cargo yo.”
Día 31. “bueno, hoy me siento esplendido. Daré una nueva oportunidad a todos esos suspensos. Los que caigan sobre la alfombra, me los vuelvo a mirar.” (Lanzamiento). “¡Hala, cuantos! No puede ser. Probare mejor con la alfombrilla del baño”
Día 35. “bueno, lo siento, no ha podido ser: suspensos y bien suspensos. ¡Acabé! Un buen trago de whisky para celebrarlo.”
Día 40. “creo que ya va siendo hora de que me acerque por la universidad para que vayan pasando las notas”
Día 43. “joder con la secretaria! ¿Dónde cojones se ha metido?
Día 46. “¡Por fin la encuentro! Anda, ve pasando estas notas y las sacas lo antes posible.”
Día 50. La secretaria decide que no es bueno tomar tanto café y, con gran esfuerzo, acude a su trabajo.
Día 51. “no está mal, ya llevo veinte.”
Día 52. “otros veinte y a tomar un cafetito”
Día 55. “Hoy hare horas extras: ¡Veintidós mas!”
Día 60. “…Zorrade Mierda, Almudena. Je, je, cuanto suspenso. Zurullo Decoña, Francisco. ¡ay, Paquito, estudia un poquito! ¡Acabé!”
Día 65. “vaya, se fastidio la impresora”
Día 70. “a ver si llamo algún día para que arreglen la impresora.”
Día 75. “¡imprimido! ¿Dónde están las chinchetas?” Nota: comprar chinchetas
Día 77. Publicación definitiva de las notas.
Es curioso observar cuan rápidamente se corre la voz de que han salido las notas y con qué velocidad se forma una autentica marea humana en la que solo se oyen cosas como:
“¡qué miedo!”
“no quiero verlas”
“más me vale aprobar esta”
“¡Ya le vale a este tío!”
La opinión generalizada es que todo lo que no pase de cinco es tiempo perdido. De hecho ha poca diferencia de alegría entre los que sacan esta nota y los que obtienen un ocho o un nueve. Los estudiantes se agolpan ante el corcho como periodistas tras el príncipe, buscan su nombre y, dependiendo de la calificación, exclaman una de estas tres tonadillas:
“¡toma!” (Con el puño en alto)
“¡qué cabrón!” (Golpeando el corcho)
“me lo esperaba” (con las manos en los bolsillos y encogiéndose de hombros)
Resulta conveniente que al lado del corcho haya un par de papeleras para soltarles una buena patada, porque descarga mucha adrenalina y ayuda al personal a tranquilizarse.

2 comentarios:

Ori-chan on 26 de mayo de 2011, 21:17 dijo...

Pues esta curioso xD
Lo mejor esque me se de un par de profesores que seguro que hacian eso... y la jodia secretaria tambien!! jajaj

Anónimo dijo...

Describe a tantos de mis profesores... En la UEMC y la UVA casi todos

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